Les protecteurs des animaux commencent à être nombreux et bien structurés. Leurs actions, à l'inverse de la France parfois, sont suivies par de nombreux protecteurs et font la une des médias. Voici l'email que nous transmet Amparo. Une manif en l'honneur de Barry Horne qui fut condamné en 97 par la cour de Bristol à 18 ans d'incarcération à cause de divers incendies, d'une valeur de 33 millions de livres sterling, dans les établissements d'expérimentation animale à Bristol et sur l'île de Wight. Même si on peut déplorer de tels moyens, il faut dire que le sort des animaux dans les laboratoires, malgré les lois de protection animale qui réglementent cette activité honteuse pour l'humanité, est horrible et que ce sont des souffrances infligées pendant des années parfois qui trop souvent n'ont qu'une issue, la mort légalisée... Nous savons aujourd'hui que les produits dérivés des tests sur animaux sont dangereux pour la santé et qu'il existe des méthodes scientifiques fiables et prouvées. Mais les hommes sauront-ils s'arrêter ? IL est à craindre que non vu que les Anglais viennent de permettre les recherches mixant cellules humaines et cellules animales. Toujours sous couvert de santé alors que la Planète et les individus qu'elle porte sont de plus en plus malades et de plus en plus résistants aux médicaments... Il serait temps de comprendre qu'il y a d'autres méthodes que d'asséner et détruire systématiquement sans avoir l'air d'y toucher et en disant vouloir protéger. Il y a sur http://www.unanimus.fr une page experimentation... et sur ce blog différentes pétitions et pages... Je vous y renvoie. Pour mémoire, les liens d'Amparo vers Peta TV que j'ai déjà linkés...
http://www.petatv.com/tvpopup/Prefs.asp?video=covance_30
Pour info :
Laboratorios Huntingdon (HLS)
información y listas de empresas según experimentan o no con animales.
Barry se declaró culpable de los cargos de Bristol, pero siempre ha defendido ser inocente de los cargos referentes a la Isla de Wight.
Estos experimentadores desprecian los impresionantes bancos de datos que ya existen y gracias a los cuales se hacen innecesarias estas interminables repeticiones de experimentos con animales que en su mayoría no son extrapolables al ser humano y en algunos casos suponen un freno al avance de la ciencia (como sucedió en el caso de la talidomida).
En otros casos, después de haber sido sacrificados miles de animales, las sustancias experimentadas han de ser retiradas del mercado, como sucede con muchos tipos de fármacos, por sus efectos secundarios en humanos, que han provocado incluso la muerte. Otros científicos realizan experimentos con animales para satisfacer una curiosidad malsana, jugando peligrosamente a ser Dios, como los trasplantes de cabeza realizados en primates por el neurocirujano Robert J. White, de la Case Western Reserve University, en Cleveland, EE.UU. Los primates no sobrevivían más de 96 horas después de salir de la anestesia. Luego vendrían los experimentos en humanos. ¿Es el Dr. Frankenstein sólo un personaje de película?
La sociedad cierra los ojos frente al sufrimiento de estos animales, porque quiere beneficiarse de estos experimentos y no quiere saber en qué consisten o cómo se desarrollan. Al hablar en favor del respeto a los animales y en contra de que se realicen dolorosos experimentos con ellos, puede parecer a algunos que es como si estuviésemos hablando en contra de la especie humana porque, en nombre de la ciencia, y en favor de la salud del hombre, todo queda justificado. Pero, ¿es esto así? La sociedad tiene que saber el costo en sufrimiento que suponen los avances científicos.
Un animal de laboratorio es un ser sano al que se le provoca una enfermedad para ser posteriormente sometido a intervenciones quirúrgicas cruentas para curar, no a él, sino la enfermedad, con el consiguiente dolor mientras enferma, dolor en el posoperatorio, etc. Y a ese animal sólo le espera morir como víctima del experimento o ser sacrificado porque ha dejado de ser útil. Además, durante la experimentación pasa la vida prisionero en una jaula y sabe perfectamente que, cada vez que lo sacan de ella, es para producirle dolor.
Primates, monos, perros, gatos, caballos, bovinos, cerdos, ovejas, cabras, conejos, hurones, chinchillas, marmotas, zarigüeyas, armadillos, cobayas, hamsters, ratas, gerbillos, y todo tipo de mamíferos, incluso murciélagos, además de aves, anfibios, reptiles y peces, son material utilizado en experimentación con animales.
La industria COSMÉTICA es un ejemplo de la inutilidad del 90% de los experimentos. Espumas de afeitar y dentríficos son introducidos a presión en el estómago de los animales; enormes dosis de depilatorios o colorantes les provocan espantosas úlceras; sustancias irritantes son aplicadas en los ojos de los conejos inmovilizados (test Drize), hasta provocarles ulceraciones. Otras pruebas causan hemorragias, convulsiones y, tras una espantosa agonía, la muerte (DL50).
Laboratorios Huntingdon (HLS)